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Entrevista a Andrea Ros, autora del libro “Comadres. El secreto era estar juntas”

Por Paloma Serrano, docente del IESMP

Tras la reciente publicación de su libro Comadres. El secreto era estar juntas (editorial Destino, 2025), realizamos una entrevista a Andrea Ros, su autora y ex alumna de nuestro Instituto, que profundiza en diversos aspectos de su obra, como su inspiración, su mensaje, y todo lo relacionado con la necesidad de escribirlo.

PREGUNTA. Andrea, el libro comienza hablando de la ternura como trinchera. Ese espacio toma forma en el Refugi de les Mares. ¿Qué fue lo que te impulsó a crear este espacio y con qué dificultades te encontraste?

RESPUESTA: Mi propia soledad me impulsó. Yo fui madre muy joven y tenía un entorno muy sano y muy presente. Y aun así me sentí sola. Conecté con cómo se estarían sintiendo entonces las mujeres que además no tenían un entorno presente. Sentí que hay cosas que solo puedes compartir con otras iguales y ahí nació la necesidad de crear un espacio donde acompañarnos juntas, donde crecer, compartir y aprender de las demás. Sentía que lo sanitario ya estaba cubierto, con muchas carencias, por supuesto, pero faltaba un espacio social. Un lugar al que las madres pudieran ir y sentirse bien recibidas.

La dificultad principal es que es un proyecto privado y detesto que tenga que ser así. Creo que deberían ser espacios subvencionados por el Estado para garantizar el bienestar de las madres y los bebés. Otra de las dificultades tiene que ver con que a las mujeres aún nos cuesta mucho entender que tenemos que cuidarnos durante la maternidad y suele haber resistencias en poner nuestro cuidado en el centro.

PREGUNTA. En Comadres dices que ser madre, parir y amamantar es importante, pero ser feliz en el proceso es urgente. ¿Qué necesitamos cambiar como sociedad para que eso sea posible?

RESPUESTA: Un poco todo. Creo que a nivel social hay que cambiar la mirada hacia las madres, aflojar el juicio y la exigencia, acunar más a la infancia y entender las necesidades básicas de esta y tomar un compromiso social con la crianza colectiva. Hace falta más corresponsabilidad con la crianza en general. Más comprensión hacia los procesos fisiológicos y las necesidades de estos. En términos políticos, necesitamos la ampliación de permisos para garantizar los cuidados básicos, no solo de los bebés sino también de la mujeres puérperas. Hacen falta ayudas y espacio equipados. A nivel sanitario, faltan matronas y mucha autocrítica. La situación en España en cuanto a violencia obstétrica es mucho peor de lo que nos dicen las cifras y no parece haber mucha voluntad por remediarlo. Necesitamos profesionales actualizados y formados en salud mental y lactancia. En realidad, no es tan difícil. Tiene que ver todo con cuidar con rigurosidad y responsabilidad el inicio de todo. Así luego todo fluye mucho más fácil.

PREGUNTA. Insistes en la importancia de profesionales formadas en salud mental perinatal y en la falta de matronas en el sistema público. ¿Crees que todavía se desconoce el valor y la labor esencial que desempeñan estas profesionales?

RESPUESTA: Sin duda. Me atrevo a decir que la mayoría de profesionales de la salud que atienden a mujeres recién paridas no tienen ni idea del impacto que tienen las cosas que les dicen o las intervenciones que les hacen. Si no, no me explico la situación actual con el acompañamiento a las lactancias, por ejemplo, que es desastrosa en muchísimos hospitales de referencia.

En la era en la que todo el mundo habla de la salud mental nos falta un paso más para acercarnos a la perinatal en concreto. Hace falta comprender cómo de vulnerable y plástico es ese momento. Y, por otro lado, con las matronas sucede lo mismo. Ahora parece que cualquier obstetra puede acompañar un parto fisiológico y eso es mentira. Esa no es la competencia de los obstetras, si no de las matronas. A mí me frustra mucho la situación porque siento que hay una resistencia patriarcal para entender todo esto. ¿Cómo van las mujeres a parir solas, cumpliendo sus deseos y necesidades, acompañadas de otras mujeres sin la intervención de ningún hombre o de ninguna ciencia moderna? ¿Acaso son brujas? Es que la infantilización que recibimos es sistemática.

Fotografía de Andrea Ros, autora de 'Comadres' y Ibone Olza

PREGUNTA. Has sido alumna de nuestra formación en lactancia. ¿Qué papel ha tenido la lactancia, y la formación en torno a ella, en tu trayectoria personal y profesional?

RESPUESTA: Mis lactancias han sido un gozo profundo, las mejores experiencias de mi vida. Al ser madre joven, no había leído nada e hice lo que me dio la gana sin rendirle cuentas a nadie y fue increíble. Con el tiempo he necesitado saber mucho de esto para poder acompañar a mujeres a vivir experiencias así de plenas. Para mí es central en la maternidad. Cuando una mujer decide que va a dar el pecho (que son más del 90% de las mares) hay que proteger esa lactancia con ferocidad y responsabilidad. El impacto que va a tener esa lactancia en el vínculo con su bebé es enorme, va a marcar toda una relación con la alimentación, con el sueño, con la relación que comparten.

Que las mujeres amamanten con dolor, con pezoneras sin motivos de peso, con el miedo de su leche es suficiente o no, sin ningún tipo de acompañamiento riguroso y actualizado es un tipo de violencia que aún no estamos preparadas para asumir.

PREGUNTA. En el transcurso del libro, nombras al Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal y a la directora, Ibone Olza y estamos tremendamente agradecidas. Rescatas una frase suya muy potente: “Si no conocemos la herida, no vamos a poder sanarla”.

Sin embargo, muchas personas prefieren no mirar de frente temas delicados como la separación madre-bebé, las dificultades en la lactancia, o el sufrimiento materno. ¿Cómo podemos empezar a hablar de estas heridas sin miedo?

RESPUESTA: Yo creo que generando grupos de mujeres. Si las mujeres se sientan en círculo y se sienten seguras, empiezan a compartir y todo se afloja. Poco a poco pueden ver las heridas y empezar a lamerlas, acompañadas.

Por otro lado, pienso que las divulgadoras tenemos que dejar de tener miedo a sentenciar aquello que sabemos. Dejar de pedir permiso para explicar ciertas cosas y asumir que muchas de las cosas que decimos van a resultar incómodas o van a remover, pero es que es el único camino: nombrar juntas.

PREGUNTA. El cierre del libro ofrece una propuesta política profundamente transformadora, pensada para cuidar a las madres y el correcto desarrollo de la infancia. ¿Sientes que ya se están dando pasos hacia ese horizonte de bienestar que planteas?

RESPUESTA: No lo sé, hay días que me siento más optimista que otros. Creo que somos muchas las que estamos empujando ese cambio de forma personal y eso impacta en muchas familias y mejora el bienestar de muchas madres, pero creo que aún falta lo más importante; el compromiso político con todas esas propuestas. Mientras no sean medidas estructurales, seguiremos poniendo parches allí donde llegamos, pero… ¿qué pasa con los lugares a los que no llegamos?

PREGUNTA. ¿Te gustaría añadir algo más para quienes te leen desde el blog del Instituto?

RESPUESTA: Que se cuiden todas, que busquen otras mujeres, que estamos aquí, que no hay que hacer esto sola. Y que gracias, que el Instituto cambió mi vida y que qué fortuna que existáis y nos deis el privilegio de poder seguir divulgando con ciencia e información actualizada.

Fotografía de Andrea Ros, autora de Comadres

 

Andrea Ros es actriz y divulgadora sobre maternidad, política, neurobiología, salud mental y activismo relacionado con el cuidado y la defensa de las madres y la infancia. Es también fundadora de El Refugi de les Mares, espacio de acompañamiento a la maternidad de Barcelona.

 

 

Fotografía de Paloma Serrano

 

Paloma Serrano es educadora social, psicóloga perinatal y psicoterapeuta humanista integrativa. Además, forma parte del equipo del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, dirigiendo el curso ‘La mirada perinatal en el ámbito social‘.